(Dirigiendome al destinatario)
Puedo escribir algunas líneas, decenas, cientos o miles de líneas, pero a lo mejor solo lees la primera o peor... solo lees el remitente y en automático presionas la tecla "Supr". Esto último sería comparable al soldado que sale de la trinchera para recibir un impacto de bala mortal junto con la primera pisada en el campo de batalla. Pero el problema no empieza ahí, el problema empieza con el valor de escribir... después el valor para mandar el documento y por último... el eterno sufrimiento de saber si dedicaste unos minutos de tu nueva vida a leer algo que pertenece al pasado, a la parte de tu vida que decidiste enterrar... olvidar.
Puedo escribir algunas líneas, decenas, cientos o miles de líneas, pero a lo mejor solo lees la primera o peor... solo lees el remitente y en automático presionas la tecla "Supr". Esto último sería comparable al soldado que sale de la trinchera para recibir un impacto de bala mortal junto con la primera pisada en el campo de batalla. Pero el problema no empieza ahí, el problema empieza con el valor de escribir... después el valor para mandar el documento y por último... el eterno sufrimiento de saber si dedicaste unos minutos de tu nueva vida a leer algo que pertenece al pasado, a la parte de tu vida que decidiste enterrar... olvidar.
Todo empezó con la pregunta... ¿como estarás?, la pregunta da vueltas en la cabeza desde hace ya mucho tiempo, diría meses, pero en realidad han sido años. ¿Qué haces para saber de una persona cuando esa persona no quiere saber de ti? ¿Te quedas con la duda? ¿La investigas? ¿La espías? ¿Te haces de amigos de ella para preguntarles a ellos por ella? ¡¿QUE HACES?! Parece que cualquiera de las alternativas que se tienen se puede considerar un acoso, lo cual en vez de ayudar solo perjudicaría la situación. Todo indica que lo mejor es seguir con la pregunta en la cabeza, dejarla que siga dando vueltas y vueltas, probablemente en algún momento se canse y deje de girar. Ya lleva años así, no puede durar por siempre.
Quisiera saber de tus éxitos y fracasos, de las alegrías y sufrimientos, de tus amores (aunque me duela) y desamores; quisiera saber de las fechas que marcas en tu corazón y de las que borras de tu memoria; quisiera saber de las imágenes que grabas en tus ojos y de las que pasan como si fueran destellos en la distancia del océano. Quisiera saber esto para indagar en todo y poder ver si entre tantos recuerdos hay algo que te haga recordarme.
El hubiera no existe, solo sirve para imaginar un mundo perfecto, pero... ¿Qué hubiera pasado de haberte dicho la verdad? seriamos grandes amigos, seríamos confidentes, compartiríamos secretos, momentos, abrazos, alegrías, miradas... la tuya de amistad y gratitud, la mía de amor y admiración. Al finalizar el día nos despediríamos como grandes amigos, aunque mis pensamientos te seguirían acompañando. Mientras estuvieras ocupada y sin que te des cuenta mi mirada te abrazaría por los hombros para cobijarte con mis brazos. En mis sueños serías mía, serías mi compañera, serías mi amor platónico.
No lo hice, te lastime, sufriste, me odiaste... y de acuerdo a lo que me dijiste... me perdonaste, pero no quisiste volver a saber de mi. Lamento mucho (como no tienes idea) el dolor que te cause. Soy egoísta al decirlo, pero al mentirte pude vivir emociones que no había sentido, pude sentir tantas cosas que eran desconocidas para mí. Pude amarte y de acuerdo a tus palabras fui correspondido. Pude verme en tus ojos, en la más bella expresión de amor me dijiste que me querías viendo también tu reflejo en los míos. Mencionaste mi nombre de todas las formas en como una mujer se puede expresar de la persona que ama.
Si hoy te volviera a conocer y tuviera que tomar la decisión entre decirte la verdad y perderte o mentirte y tenerte... seguramente tomaría la decisión correcta... amarte.
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